11 de Octubre de 2022
Durante muchos años, se fomentó y relacionó el bronceado de la piel con las ideas de belleza y bienestar. Cada verano, las playas se poblaban de hombres y mujeres de todas las edades que pasaban horas bajo el rayo del sol, desde la mañana hasta el atardecer, sin ningún tipo de protección ni resguardo.
Es muy probable que ellos ni siquiera fueran conscientes del efecto nocivo que, en el largo plazo, el sol podría tener en sus pieles. Ni tampoco de que esa exposición es una de las principales causas del cáncer de piel. La buena noticia es que es prevenible y en esta nota te contamos cómo hacerlo.
Las radiaciones ultravioletas (UV) provenientes del sol y de fuentes artificiales como camas solares pueden provocar daños graves en:
Los ojos (cataratas, lesiones en la retina)
Envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas)
Diferentes tipos de cánceres cutáneos (carcinoma, melanoma)
1. Evita exponerte directamente al sol entre las 10 y las 16 hrs. Una forma sencilla de darte cuenta es observando tu sombra proyectada al sol. Si es igual o menor a tu altura, evita la exposición y aumenta los cuidados.
2. Usa un protector solar de factor 30 como mínimo. Colócalo de 15 a 20 minutos antes de la exposición al sol. Vuelve a aplicarlo cada dos horas.
3. Utiliza, en lo posible, ropa y accesorios adecuados. Por ejemplo: sombrero o gorro, ropa de trama cerrada y anteojos con protección a las radiaciones ultravioletas.
4. Protégete del sol aún en días nublados. Según la densidad de las nubes, se filtra entre el 50% y el 85% de la radiación ultravioleta.
5. Cuida tu piel aún si está bronceada. Recuerda que el bronceado es un mecanismo de defensa de nuestro organismo para tratar de disminuir el daño ante nuevas exposiciones.
6. Extrema las medidas anteriores si te encuentras en la playa o en la montaña. Tanto la arena como la nieve aumentan la radiación.
7. Hidrata tu piel adecuadamente, utiliza cremas hidratantes tanto en el rostro como en el resto del cuerpo. Puedes mejorar los resultados si aplicas un serum antes de la crema hidratante.
8. Realiza una consulta anual al dermatólogo. Házlo para controlar la piel y lunares, y para detectar de manera precoz lesiones eventualmente cancerígenas.
Si logramos buenos hábitos solares, combinado con el uso del protector solar, tendremos una excelente estrategia para evitar la agresión del sol y gozar de sus beneficios.